Muchas veces experimentamos situaciones difíciles en nuestras vidas y creemos que no hay salida, que las cosas no van a cambiar, y nos llenamos de ansiedad e inquietud, pero, amados, es importante que cuando todo esto acontezca podamos elevar nuestra mirada al cielo y escondernos bajo la poderosa presencia del Creador. En tiempos adversos es crucial buscar a aquel que nos dijo en Mateo 11:28
«Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar».
Este es un pasaje que hemos escuchado mucho, pero la pregunta es: ¿Lo ponemos por obra? ¿Venimos a Jesús verdaderamente con el fin de encontrar ese reposo, y que Él nos proporcione ese descanso? ¿Lo buscamos con la necesidad de echar sobre Él todas nuestras cargas y dejarle actuar?
Solo nuestro amado Salvador pudo pronunciar tan poderosas palabras. Él entiende que como seres humanos la carga del pecado nos agobia y nos cansa, así como también las diferentes circunstancias que nos son contrarias, pero Él nos da su bálsamo con estas palabras que refrescan nuestra vida: «Yo os haré descansar». Solo Él puede impartir ese consuelo.
Qué promesa tan especial, liberadora y llena de amor: El gran YO SOY abre esta puerta para que ya no nos sintamos así, hay una solución. Cristo, el cordero de Dios, nos dará el respiro que necesitamos. Él es ese oasis en medio del desierto, es la quietud en medio de las turbulencias de la vida».
¿Te has acercado a Jesús de manera intencional para hallar este alivio?
Corre a Él y notarás cómo tu vida nunca más será igual. Si las fuerzas se agotan, el pecado te ha devastado y sientes que no puedes más, recuerda la palabra dada en Isaías 40:29:
«Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna».
¡Ven a Cristo! Solo en Él podrá estar segura tu alma, ser libre y disfrutar de una vida plena centrada en Jesucristo.
Dios es fiel y misericordioso.
Comments